En las últimas semanas y con la llegada de notificaciones sobre las regularizaciones de cuotas de autónomos, hemos recibido bastantes consultas sobre si es mejor aportar a un plan de pensiones privado o aumentar la base de cotización a la Seguridad Social para mejorar la jubilación. Ambas opciones tienen implicaciones fiscales importantes que es necesario considerar antes de tomar una decisión.
Aportaciones a planes de pensiones
Las aportaciones a planes de pensiones son deducibles en la base imponible del IRPF, con un límite general de 1.500 euros anuales o el 30% de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas. Sin embargo, los autónomos también tienen la posibilidad de aportar hasta 4.500 euros adicionales a planes de pensiones de empresa o planes asociados, lo que eleva el total de aportaciones deducibles a 6.000 euros anuales. Estas cantidades permiten reducir la carga fiscal cada año, ya que disminuyen la base imponible, con un ahorro que varía en función de los ingresos totales del autónomo, pero que puede oscilar habitualmente entre el 30 y el 45% de las cantidades aportadas.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que cuando se rescata el plan de pensiones, las cantidades percibidas tributan como rendimientos del trabajo, lo que puede incrementar considerablemente el tipo impositivo en el IRPF, especialmente si se rescata en forma de capital. En la mayoría de casos la tributación en el rescate es similar al ahorro obtenido en el momento de la aportación, lo que desincentiva aportar cantidades muy elevadas, salvo para contribuyentes de rentas elevadas.
Aumento de la base de cotización
Otra alternativa es aumentar la base de cotización, lo que se traduce en una pensión elevada cuando llegue la jubilación. Además esta opción permite deducir como gasto el aumento de la cuota de autónomo y por tanto ahorrar entre un 30 y un 45% del pago de autónomos en la mayoría de casos al hacer la declaración de renta.
La ventaja principal de la pensión de jubilación es que se recibirá durante toda la vida, mientras que el plan de pensiones queda limitado al capital obtenido con la revalorización de lo aportado.
Adicionalmente, el incremento en la base de cotización también mejora otras prestaciones como la incapacidad temporal y las bajas por maternidad o paternidad.
¿Qué conviene más?
La decisión entre ambas opciones depende del perfil y las necesidades de cada autónomo. Si se busca ahorro fiscal a corto plazo, las aportaciones a un plan de pensiones pueden ser la mejor opción. Sin embargo, si el objetivo es garantizar una mayor pensión pública durante toda la vida, aumentar la base de cotización podría ser más beneficioso. Y será más beneficioso cuanto más años se vivan después de la jubilación; en concreto los aumentos de bases de cotización salen “rentables” si se viven más de 8-9 años después de haberse jubilado.
Por tanto, aun con la incógnita de lo que pasará en el futuro con las pensiones públicas, nuestro consejo sería aumentar la base de cotización en la medida de lo posible.
En AGL, te ayudamos a evaluar tu situación y a planificar tu jubilación de manera óptima. ¡Contáctanos para obtener asesoramiento personalizado!